Thursday, February 28, 2008

Nous, les Chrétiens, nous croyons en un SEUL Dieu, mais...

Formule appelée "Fides Damasi"

(Voir: http://catho.org/9.php?d=bvy)

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Nous croyons en un seul Dieu, Père tout-puissant, et en notre unique Seigneur Jésus Christ, le Fils de Dieu, et en un (seul) Dieu Esprit Saint. Ce ne sont pas trois dieux, mais le Père, le Fils et l'Esprit Saint que nous vénérons et confessons comme un seul Dieu: nous ne confessons pas le Dieu unique comme s'il était solitaire, ni comme si le même était le Père pour lui-même et était lui- même également le Fils, mais nous confessons que le Père est celui qui a engendré, et que le Fils est celui qui a été engendré; quand au Saint-Esprit il n'est ni engendré, ni non engendré, ni créé, ni fait, mais procède du Père et du Fils, coéternel, coégal et coopérateur du Père et du Fils, puisqu'il est écrit: "Par la parole du Seigneur les cieux ont été affermis", c'est-à- dire par le Fils de Dieu, "et toute leur solidité par le souffle de sa bouche"
Ps 33,6, et dans un autre passage: Envoie ton Esprit, et ils seront créés, et tu renouvelleras la face de la terre (voir Ps 104,30).
C'est pourquoi dans le nom du Père, du Fils et de l'Esprit Saint nous confessons un seul Dieu, parce que "Dieu" est le nom de la puissance, non de la propriété. Le nom propre pour le Père est "Père", le nom propre pour le Fils est "Fils", et le nom propre pour l'Esprit Saint est "Esprit Saint". Et dans cette Trinité nous croyons un seul Dieu, parce qu'est d'un unique Père ce qui, avec le Père, est d'une même nature, d'une même substance, d'une même puissance. Le Père a engendré le Fils non pas selon la volonté, ni selon la nécessité, mais selon la nature.

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Aux derniers temps le Fils est descendu du Père pour nous sauver et accomplir les Ecritures, lui qui n'a jamais cessé d'être avec le Père, et il a été conçu du Saint-Esprit et est né de Marie la Vierge, a pris chair, âme et esprit, c'est-à-dire l'homme complet; et il n'a pas perdu ce qu'il était mais a commencé à être ce qu'il n'était pas; mais en sorte que s'il est parfait en ce qui est sien, il est également véritable en ce qui est nôtre.
En effet, lui qui était Dieu est né homme, et celui qui est né homme a opéré comme Dieu; et celui qui a opéré comme Dieu, meurt comme un homme; et celui qui est mort comme un homme ressuscite comme Dieu. Après avoir vaincu l'empire de la mort, il est ressuscité le troisième jour avec la chair avec laquelle il était né, avait souffert et est mort; il est monté vers le Père, et siège à sa droite dans la gloire qu'il possédait et possède toujours. Nous croyons que nous avons été purifiés dans sa mort et dans son sang pour être ressuscités par lui au dernier jour dans cette chair dans laquelle nous vivons maintenant; et nous sommes dans l'attente que nous obtiendrons de lui, soit la vie éternelle en récompense de notre bon mérite, soit la peine du supplice éternel pour nos péchés. Lis cela, tiens-le fermement, soumets ton âme à cette foi. Ainsi tu obtiendras du Christ Seigneur la vie et la récompense.

Thursday, February 21, 2008

Mártires de nuestro tiempo

Las persecuciones contra los cristianos se producen en la mayor parte de los casos en países de mayoría islámica. Iglesias incendiadas y profanadas en Indonesia, pueblos y escuelas cristianas destruidos en Nigeria, conversiones forzosas al Islam en los campos de refugiados de Sudán, fieles asesinados en Egipto, misioneros secuestrados y masacrados en el sur de Filipinas o material religioso requisado en Arabia Saudita

CAMILLE EID

En muchos lugares proclamar la fe cristiana equivale a arriesgar la vida. La masacre de 18 fieles paquistaníes en el interior de la iglesia de Santo Domingo en Bahawalpur, el pasado 28 de octubre, es tan sólo el último episodio de una tácita persecución que viene de lejos en Pakistán, hoy indispensable aliado de Occidente en la guerra contra el terrorismo. Allí se asiste, de hecho, desde hace años a una adecuación de la ley islámica a las instituciones del país. Los cristianos denuncian en particular algunas disposiciones del Código Penal, como la Ley sobre la Blasfemia, que castiga con pena de muerte a quienquiera que sea acusado de ofender a Mahoma y condena a cadena perpetua a todo el que ofenda el Corán. A pesar de las garantías sobre la tutela de los derechos de las minorías, los abusos de esta ley por parte de individuos o grupos radicales islámicos son frecuentes. En 1998, en señal de protesta contra la condena a muerte de un joven católico, el obispo de Faisalabad, John Joseph, se disparó un tiro en la cabeza tras haber dirigido una vigilia de oración contra un poder opresivo disfrazado de motivos religiosos. La decisión del general Musharraf de contener “los abusos” en la aplicación de la ley que se han comprobado, ha provocado las protestas de algunos dirigentes musulmanes. La voz de ciertos religiosos resonaba como un trueno: «La maldición de Alá caerá sobre quien ose enmendar la ley».

Desde luego, atrocidades no faltan. En mayo de 2000, algunos hombres enmascarados detuvieron un furgón cerca de Lahore con trabajadoras obreras que regresaban de su trabajo y separaron a las cristianas de las musulmanas. Entre las primeras había ocho muchachas que fueron violadas repetidamente bajo la amenaza de las armas. Sucesivamente se logró arrestar a los culpables, que resultaron ser miembros de Lakshar-e-Taiba, una organización integrista musulmana. Antes del proceso, Ashiq Masih, tío de una de las víctimas, fue detenido por cuatro hombres que lo golpearon y amenazaron de muerte si no retiraba la denuncia.

Más trágica aún es la situación de los 40 millones de cristianos que viven en Nigeria. Masacres y asesinatos están a la orden del día en el norte del país. En esa zona una veintena de estados regionales (Zamfara, Sokoto, Kano) han introducido o piensan introducir la ley coránica. Las tensiones desembocaron a finales de febrero de 2000 en enfrentamientos en la ciudad de Kaduna y en el estado de Abia, con el resultado de unos mil muertos, entre ellos muchos religiosos. El portavoz de la diócesis de Kaduna, Peter Yakubu, afirma que los extremistas habían ofrecido una recompensa de 100.000 nairas (alrededor de mil dólares) por la cabeza de cada sacerdote: fueron asesinados tres párrocos, ocho seminaristas y 38 pastores de varias iglesias protestantes, entre los cuales se encontraba el padre Clement Ozi Bello, de 26 años, un converso del islam. Enfrentamientos que se retoman con mayor o menor fuerza tras las incursiones aéreas americanas contra los talibanes afganos y que han dejado centenares de víctimas inocentes.

En el sur de Filipinas también está apunto de estallar un nuevo conflicto. El Frente Moro de Liberación Nacional (FMLN) amenaza con romper el acuerdo alcanzado en 1998 con el Gobierno de Manila, para retomar su guerra por la independencia de las regiones meridionales, donde se halla concentrada la minoría musulmana. Pero el grupo terrorista de Abu Sayyaf actúa ya hace tiempo contra los cristianos de la zona. En abrilde 2000 decapitaron a dos profesores cristianos, escogidos entre 29 católicos secuestrados de dos escuelas de la provincia de Basilan. Para liberar a los rehenes, los terroristas habían exigido - además de la excarcelación de un jefe suyo detenido en los EEUU - la prohibición de las cruces en la isla de Mindanao, donde reivindican la creación de un estado islámico independiente. Pocos meses después, los rebeldes islámicos del grupo raptaron nuevamente a 21 cristianos de la provincia de Lanar del Sur, masacrándolos en el interior de una mezquita.

Se encuentra en peligro también la secular convivencia islámico-cristiana en Egipto, donde el año del jubileo se inauguró del peor modo posible. Un enfrentamiento entre dos comerciantes, uno copto y otro musulmán, que estalló en el pueblecito de Al- Kosheh, a 440 kilómetros del sur del Cairo, degeneró en saqueos que se propagaron sucesivamente a los pueblos vecinos causando 25 muertos, todos ellos cristianos. En este país, donde el islam es la religión del Estado, la igualdad de “todos los ciudadanos ante la ley”, proclamada por la Constitución, es con frecuencia teórica y los cristianos tienen difícil acceso a los puestos claves y encuentran muchas dificultades para edificar o restaurar iglesias. El Alto Egipto, el área de mayor concentración de cristianos, es la misma donde actúan los integristas islámicos: más de 1400 muertos desde 1992, de los que, al menos, 160 eran coptos. Los atentados suelen dirigirse contra funcionarios del Estado o turistas, pero afectan también a los cristianos del lugar. En 1997 un comando islámico asesinó a 12 cristianos dentro de la iglesia de Abu Qorqas y, tres semanas después, otro comando irrumpió en los negocios coptos de Nag Hammadi, disparando a bocajarro.

Menos conocida es la situación de los cristianos en otro país “amigo de Occidente”, Arabia Saudita, donde todo culto religioso que no sea musulmán, incluso las prácticas privadas, se considera furtivo. Los más afortunados de entre los 600.000 cristianos inmigrantes en el reino deben recurrir a ámbitos extraterritoriales, como las embajadas, para poder reunirse. Aquellos a quienes sus representaciones diplomáticas niegan tal oportunidad, se ven obligados a formar grupos clandestinos de oración o de estudio de la Biblia, que se reúnen en casas privadas. Obviamente, nadie participa en estas reuniones sin correr un riesgo, porque la policía religiosa siempre está al acecho. El último suceso habla del arresto de 16 filipinos (entre ellos, cinco niños) que fueron sorprendidos leyendo y comentando la Sagrada Escritura en un apartamento de Riad.

La introducción de la Ley Islámica en 1983 supuso el primer acto de islamización “desde las altas esferas” en Sudán. El gobierno militar del general Omar-al-Bashir, que llegó al poder en 1989 mediante un golpe de estado favorecido por el Frente Nacional Islámico de Asan al-Turabi, llama “jihad” a la guerra que enfrenta al norte, musulmán, con el sur, cristiano y animista. Las atrocidades y discriminaciones que han sufrido los cristianos en 18 años de guerra son innumerables: desde la fustigación y posterior crucifixión de cuatro catequistas de la diócesis de Rumbeck por su negativa a convertirse al Islam, hasta el rapto de los niños de la etnia Toposa para ser encauzados en un programa de educación islámica, e incluso, la reducción a la esclavitud de miles de fieles cristianos. En enero de 1999, la asociación suiza, Chistian Solidarity International “compró” y liberó a 1.050 sudaneses, pagando a los traficantes musulmanes un “precio” medio correspondiente a 50 euros por persona.

La guerra civil que estalló en 1992 en Argelia ha afectado muy de cerca a la minoría cristiana. Diecisiete sacerdotes y monjas que decidieron quedarse para testimoniar el mensaje del amor en este país de mayoría musulmana han pagado el tributo de sangre. Tras estos nuevos mártires, cuatro misioneros del padre Bianchi fueron brutalmente masacrados en Tizi Ouzou, a finales de 1994. Siete monjes trapenses del monasterio deTiberine fueron raptados y decapitados por la GIA en marzo de 1993, y hasta el mismo obispo de Orán, monseñor Pierre Clavarie, conocido como “el obispo de los musulmanes” por su pasión por el diálogo con el Islam, fue asesinado mediante una bomba en agosto de 1996.

También en Indonesia las tensiones políticas y sociales, que culminaron con la guerra de la independencia de Timor Oriental, desembocaron en un áspero conflicto entre musulmanes y cristianos. Se calcula que en las Molucas, donde los cristianos constituyen la mayoría de la población, fueron asesinadas 5.000 personas en dos años y el número de dispersados asciende a medio millón. Los movimientos que luchan por imponer la shari’a islámica en el país de la Pancasila, la doctrina oficial multirreligiosa, no ahorran medio alguno en alimentar el miedo de los cristianos y hacer que el conflicto “interreligioso” se torne aún más disgregador y llame más la atención, desde del envío de voluntarios muyahidines contra la independencia de Timor Oriental hasta las serie de explosiones que acontecieron la víspera de la pasada Navidad y que dañaron numerosas iglesias de la capital, entre ellas, la catedral católica, causando 14 muertos y decenas de heridos.

Source: HUELLAS Revista internacional del movimiento de Comunión y liberación

Un jeune copte égyptien est déclaré musulman puis apostat

La presse a déjà évoqué le cas de Mohammed Hegazi, né musulman, qui après sa conversion au christianisme a voulu officialiser sa nouvelle religion sur ses papiers d'identité. Considéré comme apostat, aujourd'hui il craint pour sa vie et celle de son épouse. A propos de ce cas "L'Oeuvre d'Orient" (N° 750, janvier, février Mars 2008, page 18) en évoque un autre encore plus stupéfiant. Ayant rappelé l'histoire de Mohammed Hegazi, ce journal ajoute:

"Même si le grand mufti d'Égypte a récemment affirmé que la justice des hommes ne saurait se substituer à la justice divine, chaque jour ou presque la presse cairote se fait l'écho d'appels au meurtre. Si l'on en croit le quotidien. "Al-Messa'" les oulémas se seraient prononcés, contre le grand mufti, sur la nécessité de tuer l'apostat.

Les exemples de ce type ne manquent, hélas, pas. La presse égyptienne, qui jouit sous Moubarak d'une liberté de parole toute nouvelle est pleine de ces affaires. Elles se font si nombreuses que, dans. "l'Egyptien aujourd'hui" Hamdi Rezk n'hésite pas à parler d'une véritable guerre de l'apostasie. Une guerre où l'absurde le dispute au tragique.

Le cas du jeune Mina est en ce sens exemplaire. Mina a 16 ans. Avec ses camarades de classe, il se rend au bureau d'état civil pour y obtenir le numéro national d'immatriculation nécessaire à l'inscription au baccalauréat. Et là, stupeur, un fonctionnaire lui apprend qu'il est musulman. Musulman, car son père, dans le plus grand secret, a abandonné la religion chrétienne pour se convertir à l'islam. Mina ne comprend pas : il est chrétien depuis toujours, il croit en Jésus, il prie devant l'autel et demande la bénédiction de la Vierge Marie . Le fonctionnaire s'entête, il ne veut rien entendre. Mina, fidèle à la foi de son baptême, refuse la carte que l'homme lui tend et qui le dit musulman. En un instant, la vie de l'adolescent bascule. Malgré de nombreux soutiens, il ne pourra passer son Bac. Il intente alors un procès au tribunal administratif. Qui le déclare apostat.

Pourquoi apostat? C'est la question posée par de nombreux intellectuels de toutes confessions. Où est la faute de ce jeune homme qui jamais n'a renié l'Islam puisque jamais il ne fut musulman?"

Tuesday, February 19, 2008

La MEZQUITA DE CÓRDOBA fue una BASÍLICA CRISTIANA ocupada

'EL PAÍS' se 'OLVIDA' de que la MEZQUITA DE CÓRDOBA fue una BASÍLICA CRISTIANA ocupada

Planta Mezquita de CordobaEl escritor se ha "olvidado" de añadir desde cuándo hubo una mezquita en ese lugar y que ésta se construyó en una basílica cristiana construida bajo la monarquía visigoda y ocupada por los invasores musulmanes. Claro que entonces el resto de su argumentación se habría hundido.

'El País' quiere conocer todo lo que ocurrió en el franquismo y ahí acaba su afán histórico. En un editorial publicado la pasada semana, el periódico progresista mutilaba la historia y se olvidaba de que la mezquita se construyó en un templo arrebatado por los invasores a los cristianos.

La verdad, no resulta creíble que un redactor de 'El País' escriba un editorial sin consultar datos en el espléndido servicio de documentación del periódico progresista. Por tanto, no parece casual la omisión del hecho de que la mezquita de Córdoba se construyó sobre una basílica cristiana consagrada a San Vicente.

En un editorial titulado de manera reveladora 'Mezquita', el periódico propiedad del enfermo Jesús Polanco insta a la Conferencia Episcopal y al Obispado de Córdoba a "dialogar" con los escasos mahometanos españoles que solicitan que se les ceda parte del templo para sus oraciones. Quien está a la cabeza de este movimiento es el ex comunista Mansur Escudero, a quien el periódico progresista apoyó descaradamente para que se mantuviera el frente de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI) frente a sus rivales, a los que identifica con el islamismo radical.

El periódico afirma que el uso común del templo cristiano con restos arquitectónicos de la época musulmana es decisión exclusiva de la Iglesia, pero concluye con la afirmación de que "la tranquilidad civil, que en algunos casos se está viendo alterada mediante invocaciones a la religión, o la politización de este tipo de problemas para sustentar actitudes xenófobas, afecta a todos los ciudadanos". ¿Una advertencia a los obispos de que si no ceden el periódico "aconsejará" al Gobierno nacional o a la Junta autonómica socialistas que expropien por el "interés público" la catedral?

En el párrafo anterior, el autor desconocido del editorial –quizás el propio director Javier Moreno- está escrita la siguiente frase: "El templo, que fue mezquita hasta el siglo XIII y catedral desde el XVI, es uno de los edificios más representativos de la historia de España por cuanto expresa la importancia que adquirió el islam en la península, y forma parte de los bienes que la Unesco ha declarado Patrimonio de la Humanidad".

Cordoba MosqueEl escritor se ha "olvidado" de añadir desde cuándo hubo una mezquita en ese lugar y que ésta se construyó en una basílica cristiana construida bajo la monarquía visigoda y ocupada por los invasores musulmanes. Claro que entonces el resto de su argumentación se habría hundido.

No es aventurado deducir de este editorial y de otros textos publicados que el diario progresista y sus directivos, como Juan Luis Cebrián, respaldan completamente la Alianza de Civilizaciones y participan en la invención de una leyenda rosa sobre la religión fundada por Mahoma.

Durante el ataque musulmán a los dibujantes daneses que habían caricaturizado a Mahoma, 'El país' no sólo no publicó ninguna de las viñetas, sino que escribió un editorial titulado 'Cuidado con la sátira' en el que llamaba a pensar las críticas, bromas y opiniones occidentales sobre el islam y sus mitos.

Autor: solidaridad.net- Fecha: 2007-01-23

Monday, February 4, 2008

Coran - l'Islam démasqué

Il va falloir s’y faire, depuis 2003 Laurent Lagartempe publie chaque année un livre sur l’islam. Vaste problème que l’on ne peut traiter en un seul livre, et dont l’auteur à résolu de faire le tour en plusieurs thèmes, dont il propose chaque fois une synthèse convaincante. Lagartempe a pris la véritable dimension du problème que pose au monde l’effervescence guerrière et subversive des populations musulmanes. L’islam, c’est un milliard d’hommes dont on voit surgir sur les écrans les visages vociférant de haine, chaque fois que quelqu’un en Occident ose dire ce que tout le monde sait et ressent de l’arrogance, de la violence et de l’intolérance des musulmans. L’islam dans l’avenir c’est la promesse d’infliger au monde entier, durant le 21e siècle ce que le communisme a infligé au monde entier durant le 20e siècle, un régime d’intimidation et de terreur ; terreur et intimidation beaucoup plus redoutables que celles du 20e siècle, à cause des nouveaux déchaînements technologiques et du poids des richesses pétrolières.
On ergote sur le point de savoir si l’islam c’est l’islamisme. Le discours bien connu des islamistes n’est rien d’autre que l’exact contenu du Coran ; le Coran est ce à quoi se soumet inconditionnellement tout musulman. Qu’ils le veuillent ou non, qu’ils en soient conscients ou non, les musulmans sont donc tous islamistes. Incontournable conclusion, l’islam c’est l’islamisme. Le petit guide du coran démontre l’évidence de cette réalité que l’on veut obstinément éviter de regarder en face. Le coran contre la République démontre cette autre réalité, non moins incontournable, que la publication, la diffusion et l’enseignement du Coran sont, au regard du code pénal français, des délits de « provocations à crimes et délits contre les personnes ». Il ne peut exister d’« islam en France » ni même d’« islam de France » sans que le Coran ait au minimum été expurgé de ces quatre cents versets incompatibles avec les lois de la République.
Le Coran est l’alpha et l’oméga de tout ce que sont et font les musulmans, en particulier ce qui peut leur être imputé de pire. Le Coran est à la racine de toutes les turpitudes de l’histoire musulmane du 7e au 19e siècle, soit pendant mille trois cents ans. C’est ce que démontre Histoire des barbaresques. L’hégémonie islamique en Méditerranée a fait que le Moyen Orient et les pays de la rive sud, autrefois prospères et hautement civilisés, ont fait retour à un archaïsme politique, social, culturel, et sombré dans un perpétuel sous-développement, dont ils n’arrivent pas à se sortir même aujourd’hui avec l’aide inespérée du pactole pétrolier dont ils bénéficient sans effort. Durant plus de mille ans les musulmans infligèrent au monde méditerranéen une « grande affliction » assortie d’une « grande régression ». Sarrasins et Turcs ont fait régner en Méditerranée un régime de piraterie et de brigandage des mers qui n’a cessé qu’au milieu du 19e siècle sous la pression de l’Occident. Il firent de ce qui avait été l’heureuse mare nostrum une mare infernum.
Or ce terrible passif engendré par la millénaire intoxication collective coranique, est précisément ce que la propagande musulmane contemporaine s’ingénie par tous les moyens à vouloir nous faire oublier. Le dernier ouvrage de Laurent Lagartempe L’islam démasqué se veut être une réplique systématique à toutes les ruses et complicités de ce puissant courant de désinformation. Ce n’est pas d’hier que date l’apparition d’un « voile rose » tendant à dissimuler les noirceurs du passé islamique. Dès le 16e siècle une diplomatie perverse ouverte aux influences turques, inaugurée par François 1e , a progressivement contribué à composer du monde musulman un visage exotique, coloré, avenant, dont la littérature s’est emparée pour le plus grand plaisir d’un candide public. Au 20e siècle ce sont des érudits « orientalistes » qui, s’étant véritablement entichés de philosophies persanes faussement imputées à la culture arabe, ont puissamment contribué à tisser et consolider le voile de désinformation sur la véritable nature de l’islam de toujours. Cette désinformation historique fait l’objet d’une première partie de L’islam démasqué qui vient de paraître. Puisant ensuite aux meilleures sources de l’information contemporaine (en particulier une importante contribution du CNRS) Lagartempe passe en revue tous les aspects de la désinformation contemporaine, et termine en désignant à l’attention du public la petite cohorte des chercheurs indépendants contemporains, auxquels on peut se fier pour faire toute la lumière sur ce qu’est véritablement l’islam.
Les écrits de Laurent Lagartempe ne sont ni savants ni idéologiques, ni polémiques. Ce sont de rigoureuses démonstrations basées sur des faits, des informations et des références incontournables, parce que puisés aux sources informatives les plus fiables.
A consommer sans modération par tous ceux qui désirent vraiment savoir ce qu’est le véritable islam de jadis, de maintenant et de toujours.


Les livres de Laurent Lagartempe sont également en vente sur amazon.

Interdire l'Islam - pétition à la Cour internationale de Justice

Je doute fort que les institutions onusiennes soient en mesure de rendre une décision aussi sensée et raisonnable, mais je recommande tout de même de signer cette pétition, qui demande la chose suivante à la Cour internationale de Justice (je traduis):

Interdire l’islam
Dans l’intérêt des valeurs humaines et de l’amour universel, nous adressons la présente pétition à la Cour internationale de Justice pour jugement.
Nous, pétitionnaires internationaux soussignés, demandons une interdiction de l’organisation nommée islam. Nous demandons cette interdiction en raison des actes criminels de son fondateur, Mahomet, et de la doctrine coranique qui légitimise des actes criminels, dont la pédophilie, l’assassinat, l’oppression des femmes par le déni de leurs droits humains, les peines de lapidation et de mutilation, et l’utilisation du terrorisme comme moyen d’intimidation et de pouvoir.

Voilà. Le projet est tout frais. À l’heure où je rédige ce billet, 17 personnes seulement ont signé cette pétition.
J’en profite pour rappeler ici mon propre projet sur la question.

Source: Le devoir de précaution: discréditer l'Islam